El amor y el matrimonio

Valeria Gaig *
      Luego de haber escrito sobre la mujer y mi desarraigo, se me impone hacerlo sobre el matrimonio, que no es lo mismo que la pareja, ni estar de novios.
     El matrimonio conlleva otro tipo de compromiso, es una unión de otro orden, elegimos que dure, hacemos cosas para que asi sea, la sostenemos desde nuestros ideales y nuestro deseo. Pero siempre de a dos porque uno solo no puede, uno solo no es un matrimonio aunque recientemente han aparecido en las noticias mujeres que se casan consigo mismas, creo que más que un casamiento es una declaración pública de amor a si mismas y habla de cierta incapacidad de aceptar una realidad.
     Vivimos en un tiempo donde las fronteras de lo real se corren constantemente y donde no aceptamos un no por respuesta. A veces eso nos motiva para llegar a la luna o ver a nuestra familia a través de nuestro teléfono, estando a miles de kilometros pero otras se llega a manipulaciones genéticas o a cirugías innecesarias.
      Naturalmente los seres humanos somos egoistas, los bebes nacen y piden a gritos lo que quieren, no les importa si su mamá tiene sueño o está agotada, buscan atención y la quieren ya. Y en esta primera forma de contacto descubrimos tantas características que nos muestran lo propio de cada ser, y como cada uno de nosotros cede en relación  a sus necesidades y al amor de otro. Veremos madres y padres con una capacidad de entrega infinita, que priorizan la maternidad y la paternidad por sobre todo, pero esto no debe ser sin límite sino no les enseñaremos nunca a ser considerados y atentos con el otro. Nos suena gracioso cuando empiezan el jardín que la maestra les aclare que cuando pegan o muerden al amiguito¨le duele”. Y es cierto: ellos no registran al otro y se sorprenden porque el otro llora cuando le acaban de tirar del cabello o morder su brazo. Ese es el comienzo de la socialización, necesitan aprender a relacionarse socialmente.
El éxito de esto dará por resultado el hecho de que sean mejores personas. Y el éxito de la relación con la madre dará por resultado un corazón tierno.
     Creo que cuando una pareja sostiene sanamente muchos años juntos, seguramente se han convertido en mejores  personas, porque el vivir con otro nos lleva a ser más considerados, a pensar en el otro, a ceder muchas veces, aunque no siempre, porque eso estaría más del lado del sometimiento.
      El alegrarnos por lo bueno que al otro le pasa, o el angustiarnos por algo que afecta a otro, son signos de amor, disfrutamos si nuestro hijo hace un gol o si el hijo de una gran amiga ingresa en la Universidad, y eso es más que empatía, porque sentir felicidad por otro es amor, y el amor es el sentimiento más elevado del que somos capaces.
     Existen personas que no son capaces de amar y ahi hay un grave problema , que irá de la mano de patologias graves, irreversibles y conductas perversas que no analizaré en esta ocasión.
     Observo muchas parejas y cada una ha creado un pacto, un contrato interno que solo ellas saben.
      Me pregunto que hace que nos elijamos y creo que lo hacemos desde lo más primitivo de nosotros pero logramos que funcione desde lo más racional. Digo desde lo más primitivo refiriéndome a algo que se siente, a un modo de gozar que pasa por nuestro cuerpo,  que el otro genera en nosotros , como si fuera un cuerpo que vibra en armonía con nuestra vibración,  y que lo hacen un ser con el que conectamos en una frecuencia especial y hasta única, es primitivo porque está primero y en el lugar más profundo del cerebro humano, donde se ¨graban¨las primeras experiencias.
     Cuando digo que hacemos que funcione es desde lo racional, pienso en que a lo largo de la vida son muchas las crisis que afrontamos, algunas personales y otras de pareja, hay momento donde se ponen a prueba nuestras relaciones y nuestras emociones. Cada una de estas crisis es una oportunidad de recontratar, de volvernos a elegir y permanecer juntos, más allá de las diferencias individuales. 
     Dalmiro Saenz escribió un libro muy interesante para mi, por su honestidad:  “Carta a mi futura ex mujer”  donde él ya sabe que su naturaleza lo va a llevar a dar por terminada la relación porque no está dispuesto a ceder, no está dispuesto a dejar de ver culos y a hacer nada por reavivar el fuego de la pasión. Joaquín Sabina en una canción dice que la pasión por definición no puede durar. Y este es el desafio, no caer en el acostumbramiento, lo cotidiano aplasta . Es importante tener presente que la capacidad de adaptación puede jugarnos una mala pasada, si ponemos un sapo en un fuentón y le tiramos agua hirviendo de a golpe, sale de un salto y salva su vida, ahora,  si se lo ponemos de a poco, el se va acostumbrando y muere quemado.
* Valeria es psicóloga. Originaria de Argentina, llegó a Weston en 2017.

Enlaces patrocinados

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.