Creando recuerdos en Weston

 

Me acuerdo perfectamente de la primera hamburguesa que me comí en Weston. Era muy grande e iba acompañada de unas patatas fritas que en aquel momento me supieron a gloria. Era tarde, más de lo normal para la hora de la cena y ni siquiera tuve que elegirla, llegó a mis manos casi por arte de magia.

Era mi primera noche en Weston, hacía una hora que había llegado al hotel tras despedirme de España con un “hasta pronto”. Fue mi padre el encargado de cruzar la calle hasta Ale House para conseguir la cena. Andando, sí. En ese momento yo todavía no era consciente de que aquello era un hecho insólito que pocas veces se iba a volver repetir, ir andando a un restaurante desde casa.

Han pasado ya diez meses desde esa noche. Hoy, Weston es donde vivo junto a mis padres y mi hermana pequeña. Aquí hemos creado nuestro nuevo hogar, poco a poco, llenándolo de muebles, fotografías y nuevos amigos.

Lo cierto es que no sabría decir quién de los cuatro es el que mejor se ha adaptado a esta situación. Mi hermana de 17 años, parece que lleve viviendo aquí toda la vida, nunca la he visto más feliz. Mi madre, no ha podido sacar nada negativo de todo lo que estamos viviendo, y además, amigas no le han faltado. Y mi padre, como siempre, conquistado el corazón y el estómago de nuestros vecinos y colegas, cocinando paellas y lo que haga falta.

GLORIA BERMELL

Recientemente he cumplido 23 años, y si bien es cierto que no dudé ni un instante en venir cuando escuché la primera noticia sobre nuestro traslado a EEUU, sabía que no todo iba a ser un camino de rosas. Dejaba muchas cosas en la otra parte del charco, familia, amigos y hasta un novio. Por fortuna, los momentos complicados han sido insignificantes en comparación con todo lo demás. Mi relación ha crecido y madurado en todos los aspectos, y si algo he aprendido en este corto periodo de tiempo es que si se quiere, se puede.

Weston me pareció un lugar tan idílico como raro al principio. No puedo decir que fue amor a primera vista, esta ciudad y yo tuvimos que trabajar un poco para entendernos. Pero con el paso del tiempo nos hemos ido acercando y ambos hemos sido cómplices de grandes momentos que se han convertido ya en felices recuerdos. Y cuando empiezas a crear buenos recuerdos en un lugar, una parte de ti, pertenece ya a ese sitio, así que Weston y yo, empezamos a estar un poco unidos.

Dicen que esta es la tierra de las oportunidades, y así estoy viviendo esto, como una gran oportunidad. Aprovechando cada rayo de sol, cada nuevo restaurante o cada persona que conozco. Weston, precisamente, ofrece infinidad de oportunidades para todo. No importa la edad que tengas, o cuáles sean tus aficiones, aquí podrás encontrar tu sitio si lo buscas.

Yo todavía no sé si he encontrado mi sitio, pero este parece ser un buen lugar para establecerse mientras aparece. De momento, puedo afirmar lo siguiente: El aprendizaje de esta experiencia es impagable.

 

 

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