Mirá quién llegó! – Dejá todo ahí arriba, nomás. – En qué ayudo? – Voy prendiendo el fueguito. Alcanzame un diario viejo! – Falta la sal! – Vino o whisky? Si vas a la cocina, traeme un chuchillo. -Che, no te animás a alcanzar una tablita? – Qué rico queso… – Vamos a jugar al monito. – A ver, miren la foto! – Cuidado con los vidrios… – A quién le sirvo? – Un aplauso para el asador! – De los dos gustos? – Ma, podemos cruzar a la plaza? – El gordito ya camina y como aplaude! – Contra flor al resto. – Café o té de yuyos? – Hacemos un mate? – Entremos que ya bajó el sol. – Y si armamos la picadita de nuevo?
Repiques de un sábado o domingo, allá lejos en el sur, lleno de sol, niños, familia, amigos. A veces cuesta reconocernos en el rol de los que armamos el asunto y parece que nos vemos, corriendo con primos y hermanos en el fondo de la casa de algún tío, bajo un parral, en el medio de un barullo escandaloso en el que todos hablaban al mismo tiempo. Esos pedazos de la infancia, esos escalones deliciosos de la vida que aspiramos a construir en la de nuestros hijos…
Y era precisamente eso lo que temía perder con la distancia. Y sin embargo, luego de los meses iniciales de incertidumbre, los domingos se volvieron a llenar de asados y de amigos. Y gracias a que en Weston “hay de todo”, el postre sigue teniendo dulce de leche, la sobremesa nuestros tecitos digestivos y la tardecita siempre cae acompañada de sus buenos mates.
Al principio intentamos con las “ribs” y la barbacoa americana pero ya empezamos a pasarnos del grill a gas al parrillero hecho y derecho, para volver a nuestras carnes. Ésas que nos hacen cerrar los ojos al primer bocado, las que tienen el gusto incomparable de nuestros campos, allá en el sur del mundo. Nuestras carnes, las que se asan lentamente, mientras el parrillero congrega ronda de amigos en animadas charlas.
Nuestras carnes, el sabor con el que crecimos y que es parte de esa herencia que dejamos en nuestros hijos.
Y claro, sigue habiendo “fulbito” en el costado de la casa, a pelotazo limpio, aunque a veces se quejen los vecinos.
Enlace auspiciado por Gourmeat: nuestras carnes ahora a domicilio en Weston.
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